“Los medicamentos no son varitas mágicas, pero bien utilizados pueden ser aliados poderosos”, dice el Dr. David Rojas, endocrinólogo especializado en metabolismo.
En los últimos años, nombres como Ozempic (semaglutida), Wegovy (semaglutida, dosis para obesidad), Mounjaro (tirzepatida), Zepbound (tirzepatida, indicación para manejo del peso), Saxenda (liraglutida) han pasado de las farmacias a las portadas de revistas, los hashtags virales y las conversaciones de sobremesa. La promesa: pérdida de peso rápida, control del apetito y, según algunos, un camino hacia la salud y la longevidad.
Pero detrás del boom mediático hay una realidad más compleja: estos fármacos fueron creados originalmente para tratar la diabetes tipo 2, y aunque ayudan a reducir peso, no están exentos de efectos secundarios y riesgos a largo plazo.
La ciencia comienza a explorar su verdadero alcance: ¿pueden mejorar la salud metabólica al punto de influir en la esperanza de vida? ¿O son una moda peligrosa que puede pasar factura al organismo?
En este artículo, revisaremos la evidencia científica más reciente, los posibles beneficios, las consecuencias que no todos consideran y cómo integrarlos – si corresponde – en un enfoque integral de longevidad.

La ciencia detrás de los fármacos para bajar de peso
Los medicamentos que hoy dominan la conversación se basan en péptidos que imitan hormonas intestinales implicadas en la regulación del hambre, la secreción de insulina y el vaciado gástrico. La semaglutida (principio activo de Ozempic y Wegovy) es un agonista del receptor GLP-1 (glucagon-like peptide-1): se une a esos receptores y produce sensación de saciedad, ralentiza el vaciado gástrico y mejora la secreción de insulina en respuesta a las comidas.
La tirzepatida (Mounjaro / Zepbound) es una molécula “dual”: actúa sobre GLP-1 y sobre GIP (gastric inhibitory polypeptide) – esa doble acción parece potenciar la pérdida de apetito y la reducción de peso más allá de lo observado con GLP-1 puro en algunos ensayos. La liraglutida (Saxenda) es otra molécula GLP-1 más “antigua” que también reduce el apetito y se usa desde hace años en manejo de peso con resultados generalmente menores que los obtenidos con semaglutida o tirzepatida en los últimos estudios.
Estas diferencias farmacológicas (afinidad por receptores, vida media, acoplamientos lipídicos que prolongan su acción) explican variaciones en eficacia, frecuencia de dosis y perfil de efectos secundarios entre marcas.
Historia breve y aprobaciones (línea del tiempo corta y relevante)
Semaglutida se aprobó inicialmente como tratamiento para diabetes tipo 2 (Ozempic) y más tarde, en una formulación y dosis diferentes, como tratamiento de manejo crónico del peso bajo el nombre comercial Wegovy – la aprobación para obesidad de Wegovy llegó en 2021, después de ensayos fase 3 que mostraron pérdidas de peso clínicamente relevantes. Semaglutida (en sus distintas marcas) y tirzepatida han recibido sucesivas aprobaciones por FDA y agencias regulatorias en 2017–2023 según indicación y formulación.
Tirzepatida (Mounjaro) fue aprobada inicialmente para diabetes en 2022 y más tarde tuvo presentación específica (Zepbound) aprobada para manejo de peso en adultos con obesidad o con sobrepeso y comorbilidades. Saxenda (liraglutida) es una aprobación más antigua (2014) para manejo crónico del peso en pacientes seleccionados.
Estas aprobaciones son el origen médico del uso – pero no explican por sí solas la explosión de consumo no regulado: esa surge en la interfaz entre datos clínicos positivos y la viralidad en redes.
¿Para quién sí y para quién no son estos medicamentos?
Uno de los errores más comunes es pensar que cualquier persona con sobrepeso puede usarlos. Los agonistas GLP-1 y combinados GLP-1/GIP están indicados principalmente para personas con obesidad o con sobrepeso y condiciones asociadas como hipertensión, prediabetes o apnea del sueño.
En cambio, su uso en personas con IMC normal o ligeramente elevado, solo por razones estéticas, no está recomendado y aumenta el riesgo de complicaciones sin beneficios clínicos reales. Según la Asociación Latinoamericana de Diabetes, la automedicación en este contexto es especialmente peligrosa.
El costo económico y emocional del tratamiento
Más allá del precio elevado – que en LATAM puede superar los 300 a 500 USD mensuales – , estos fármacos implican un compromiso emocional. Muchos pacientes experimentan ansiedad al pensar en suspender el tratamiento y recuperar el peso. Este “miedo al rebote” puede convertirse en dependencia psicológica.
Además, en países donde no están cubiertos por seguros o sistemas públicos, su uso prolongado puede ser financieramente insostenible, lo que lleva a interrupciones abruptas y frustración.
Datos clave que no debes ignorar
- Un estudio presentado en el Congreso Europeo sobre la Obesidad, analizó 11 estudios que incluyeron a 6.370 adultos. Los resultados mostraron que, en promedio, los pacientes que dejaron de usar medicamentos como semaglutida (Wegovy) y tirzepatida (Mounjaro) recuperaron el 60% de su peso perdido en aproximadamente 10 meses. Es decir, si una persona pierde 16 kg, podría recuperar alrededor de 9.6 kg en ese período.
- En algunos países de Latinoamérica, la demanda ha generado escasez para pacientes diabéticos.
- El uso sin supervisión médica aumenta el riesgo de complicaciones graves.
- La FDA y autoridades sanitarias de la región recomiendan usarlos solo en personas con obesidad o diabetes tipo 2 bajo estricta vigilancia.
Consejos prácticos y “trucos” para minimizar riesgos y maximizar resultados (acciónable y concreto)
Si estás evaluando esto con tu médico, toma en cuenta estas medidas prácticas y basadas en evidencia:
- Evaluación inicial completa: antes de iniciar, exigir un plan médico: historia clínica (antecedentes tiroideos, pancreáticos), pruebas baseline – A1c, glucemia en ayunas, perfil lipídico, función renal (creatinina/eGFR), pruebas hepáticas, amilasa/lipasa – y prueba de embarazo si aplica. Documentar medicamentos concomitantes. (esto evita sorpresas y detecta contraindicaciones).
- Titulación gradual y atención a reacciones GI: la mayoría de protocolos obligan a empezar con dosis bajas y subir cada 4 semanas para tolerancia (ej.: semaglutida: 0.25 → 0.5 → 1.0 → 1.7 → 2.4 mg semanal para Wegovy; tirzepatida escalas también paso a paso). Nunca aumentes por tu cuenta.
- Entrenamiento de fuerza es obligatorio: para contrarrestar la pérdida de masa magra, añade 2 sesiones semanales de fuerza (ejercicios multiarticulares) y consume proteína adecuada (aprox. 1.2–1.6 g/kg/día según tolerancia y edad) para preservar músculo y metabolismo. Esto reduce el riesgo de fragilidad al envejecer. (Consejo práctico aplicado y respaldado por guías de nutrición deportiva).
- Fibra y volumen alimentario: prioriza alimentos ricos en fibra (25–35 g/día) y alimentos voluminosos y nutritivos (verduras, legumbres) que aumentan saciedad sin calorías vacías. Evita bebidas azucaradas que anulan gran parte del beneficio metabólico.
- Hidratación y control de electrolitos: la menor ingesta oral puede conllevar deshidratación o estreñimiento; prioriza líquidos y, si aparece estreñimiento severo, consulta (no uses laxantes fuertes sin supervisión).
- Monitoreo regular: controles cada 3 meses al principio (función renal, pruebas hepáticas, controles glucémicos y peso), y consulta inmediata ante dolor abdominal intenso (por riesgo de pancreatitis) o cambios visuales/neurológicos.
- Plan a largo plazo antes de empezar: acuerda con el médico cuál es el objetivo (pérdida % de peso), criterios para mantener, cuándo probar reducir dosis y plan conductual para evitar efecto rebote (intervención nutricional, ejercicio y apoyo psicológico).
- Evita comprar por redes/internet o a través de compounding no regulado: los lotes falsificados y las versiones magistrales sin control han causado intoxicaciones; solo adquiere el fármaco en farmacia con receta y preferentemente a través de canales oficiales. La FDA y la OMS han advertido sobre falsificaciones y productos no autorizados.
Lo que nadie te cuenta: consecuencias y efectos secundarios
En redes sociales, los testimonios suelen centrarse en la pérdida de peso, pero rara vez en las consecuencias que algunos usuarios experimentan:
- Efectos gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento son muy frecuentes, sobre todo al inicio.
- Pérdida de masa muscular: junto con la grasa, puede disminuir tejido magro, lo que afecta la fuerza y la salud ósea si no se acompaña de ejercicio y proteína suficiente.
- Riesgos menos comunes pero graves: pancreatitis, problemas en la vesícula biliar o alteraciones en la función renal.
- Efecto rebote: suspender el tratamiento sin un plan sólido de hábitos puede llevar a recuperar el peso perdido rápidamente.
La Dra. Laura Carstensen, directora del Stanford Center on Longevity, advierte:
“Los medicamentos pueden ser una herramienta, pero no reemplazan el trabajo que implica construir un estilo de vida saludable. Sin cambios sostenidos, los beneficios desaparecen”.
Alternativas respaldadas por ciencia para perder peso y ganar salud
Si bien los medicamentos como Ozempic, Mounjaro, Wegovy o Saxenda pueden ser útiles, pueden ser una herramienta útil en contextos médicos específicos, existen estrategias comprobadas para controlar el peso y mejorar la salud sin depender de ellos:
- Entrenamiento de fuerza 2-3 veces por semana para preservar masa muscular.
- Aumentar la proteína (1,2-1,6 g por kg de peso corporal) para favorecer saciedad.
- Incluir fibra (25-35 g/día) para mejorar digestión y control del apetito.
- Dormir 7-9 horas para regular hormonas del hambre como la grelina y la leptina.
- Controlar el estrés con técnicas como meditación o respiración profunda, que reducen la ingesta emocional.
Más allá de la pastilla: la fórmula real de la longevidad
Las comunidades más longevas del mundo (zonas azules) – como Okinawa en Japón, Nicoya en Costa Rica y la región montañosa de Cerdeña en Italia – no deben su vitalidad y bajo índice de enfermedades crónicas a medicamentos milagrosos ni a intervenciones médicas de última generación. Su secreto está en un conjunto de hábitos que han sido transmitidos y practicados durante generaciones: una dieta predominantemente basada en vegetales frescos y mínimamente procesados, actividad física integrada de forma natural en la vida diaria, fuertes redes de apoyo social y un profundo sentido de propósito o “ikigai”, como lo llaman los okinawenses.
En Okinawa, por ejemplo, la dieta tradicional incluye batata morada, tofu, algas, pescado fresco en pequeñas porciones y té verde, combinada con el principio del “hara hachi bu” (comer hasta sentirse un 80% satisfecho).
En Nicoya, el consumo de frijoles negros, maíz, frutas tropicales y agua rica en calcio de manantial se complementa con trabajos físicos diarios y vínculos comunitarios muy estrechos.
En Cerdeña, los ancianos caminan por terrenos montañosos, consumen legumbres, pan de centeno y pequeñas cantidades de vino tinto rico en polifenoles, y mantienen lazos familiares sólidos que les dan un sentido de pertenencia.
En contraste, los fármacos para perder peso como semaglutida (Ozempic, Wegovy) o tirzepatida (Mounjaro, Zepbound) pueden ofrecer un impulso inicial para quienes enfrentan obesidad o sobrepeso severo, ayudando a controlar el apetito y regulando los niveles de glucosa. Sin embargo, el verdadero cambio sostenible requiere algo que no se receta en una farmacia: constancia, autocuidado, descanso reparador y conexiones humanas significativas.
Conclusión
Los medicamentos como Ozempic, Mounjaro y otros agonistas de GLP-1 pueden ser herramientas útiles para la pérdida de peso y el control metabólico, pero no son soluciones milagrosas. Su efectividad está condicionada a un uso responsable, siempre bajo supervisión médica, y acompañados de cambios en el estilo de vida que incluyan alimentación equilibrada, actividad física regular y manejo del estrés.
Para lograr una verdadera mejora en la salud y aumentar la longevidad, es fundamental adoptar un enfoque integral que vaya más allá del tratamiento farmacológico. La constancia en los hábitos saludables, el apoyo social y un propósito vital claro son los pilares que sostienen una vida larga y plena. Sin estos elementos, los beneficios de los fármacos pueden ser temporales y limitados.
¡Cuida tu cuerpo, alimenta tu mente y vive con propósito cada día!

Preguntas Frecuentes
¿Qué son Ozempic, Mounjaro y otros medicamentos para bajar de peso?
Son fármacos agonistas de GLP-1 y GLP-1/GIP diseñados originalmente para tratar la diabetes tipo 2. Funcionan regulando el apetito y mejorando el control metabólico, ayudando a reducir el peso corporal en personas con obesidad o sobrepeso.
¿Cuáles son los efectos secundarios más comunes de estos medicamentos?
Los efectos más frecuentes incluyen náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. También pueden causar pérdida de masa muscular y, en casos menos comunes, pancreatitis o problemas en la vesícula biliar.
¿Puedo recuperar el peso perdido después de dejar de tomar estos medicamentos?
Sí, la mayoría de los pacientes recupera parte significativa del peso perdido si no mantienen cambios en la dieta y el estilo de vida. Estudios muestran que aproximadamente el 60-75% del peso perdido puede recuperarse en menos de un año.
¿Estos medicamentos garantizan una vida más larga o mejor salud a largo plazo?
No existen evidencias concluyentes que estos fármacos prolonguen la longevidad por sí solos. Mejoran factores de riesgo metabólicos, pero la verdadera longevidad depende de un enfoque integral que incluya alimentación, ejercicio y bienestar emocional.
¿Cómo debo usar estos medicamentos para bajar de peso de forma segura?
Siempre deben usarse bajo supervisión médica, acompañados de un plan integral que incluya dieta balanceada, actividad física regular y seguimiento constante. No se recomienda automedicarse ni suspender el tratamiento sin orientación profesional.
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Descargo de responsabilidad:
La información contenida en este artículo tiene fines exclusivamente informativos y educativos. No sustituye el asesoramiento, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre consultá con un profesional de la salud antes de realizar cambios en tu alimentación, ejercicio, medicación o estilo de vida, especialmente si tenés alguna condición preexistente. Algunas terapias e innovaciones aquí mencionadas se encuentran aún en etapas de investigación y no están aprobadas para uso clínico generalizado en todos los países. Longevidad LATAM no se responsabiliza por decisiones tomadas en base a esta información.